Decadencia de la cultura maya
La caída de Teotihuacan, ocurrida en la segunda mitad del siglo VIII, permitió el florecimiento de los grandes núcleos de población que los pueblos mayas habían construido en las Tierras Altas. De esta suerte, Tikal, Toniná, Yaxchilán y muchas otras ciudades vivieron su época de mayor apogeo entre los siglos IX y X. Por mucho tiempo se insistió en que la razón del declive de los principales centros urbanos mayas era un misterio. Sin embargo, la intensa investigación arqueológica en la región que ocuparon estos Estados del período Clásico de Mesoamérica ha puesto de manifiesto algunas de las razones por las cuales los mayas se vieron precisados a abandonar las ciudades a la selva.
En primer lugar, se trataba de pequeños Estados que se hallaban en guerra permanente unos con otros. Las estelas de Toniná indican que la élite gobernante de esa ciudad emprendió una agresiva campaña militar que la llevó a ocupar sitios tan importantes como Palenque, Piedras Negras y Bonampak. No es extraño que otros Estados de la región pudieran haber emprendido campañas similares, que habrían dejado arruinadas a varias ciudades. Por otra parte, en esta época tuvo lugar un desajuste climático como consecuencia del fenómeno de El Niño. El clima debió tener graves consecuencias para la agricultura en el Área Maya, como lo tuvo también en las tierras altas del Centro de México. Puesto que culturalmente estas catástrofes eran atribuidas a la inefectividad de la clase sacerdotal, la gente del pueblo debió lanzarse contra ellos, culpándolos de la escasez de alimentos y otros bienes necesarios para la vida. Uno de los síntomas de la decadencia maya en el período Clásico es la ausencia de monumentos conmemorativos (las llamadas estelas) posteriores al año 889 d. C., celebrada sólo en algunos sitios de la región. Durante los siguientes siglos, no volvería a emplearse la Cuenta Larga en las inscripciones calendáricas mesoamericanas, lo que pone de relieve la conclusión de una tradición cultural.
Además de la Cuenta Larga (ese sistema de cuenta del tiempo que tanto ha sorprendido por su exactitud y abstracción), lo único que abandonaron los mayas del período clásico fueron las grandes ciudades. Nunca existió una migración masiva hacia Yucatán, aunque algunos grupos lo hubieran hecho. La mayor parte de la población se quedó en la zona, y durante el período posclásico contribuyeron a un nuevo período de apogeo, aunque no de la misma magnitud. El más importante de los Estados de las Tierras Altas en el período Posclásico fue el quiché, en Guatemala.
Tanto los mayas de Yucatán como los de las Tierras Altas y la Costa del Pacífico recibieron la influencia de los pueblos migrantes provenientes del altiplano y el área oaxaqueña. Estos grupos fueron empujados a su vez por los antiguos pueblos que abandonaron la zona meridional de la altiplanicie Mexicana cuando el desastre ecológico hizo imposible la agricultura allí. En el sur, establecieron Estados independientes, con características culturales de ascendencia nahua. Entre estos grupos estaban los pipiles, que se establecieron en la costa de Guatemala y El Salvador. En la península de Yucatán, los pueblos nahuatlizados (fuera porque eran realmente nahuas o habían adoptado muchas de sus características, como los chontales) contribuyeron a un nuevo florecimiento de los pueblos mayas.
Sin embargo, las rivalidades entre las élites de la región, apenas suavizadas por la presencia efímera de la Liga de Mayapán, terminaron por arruinar las grandes ciudades de Chichén Itzá, Uxmal y muchas otras, que fueron abandonadas por sus gobernantes. Cuando los españoles llegaron a Yucatán, encontraron la región dividida en pequeños Estados hostiles entre sí, razón por la que no fue difícil someterlos. Algunos grupos se refugiaron en el Petén, donde crearon un pequeño reino independiente con capital en Tayasal. La conquista de este reino independiente no se concretó hasta 1697.
Las ruinas de las grandes ciudades antiguas estaban muy aisladas del mundo exterior y eran poco conocidas excepto por la gente nativa. En 1839, el viajero estadounidense John Lloyd Stephens, escuchando comentarios sobre ruinas perdidas en la selva, visitó Copán, Palenque, y otras ciudades con el arquitecto y dibujante Frederick Catherwood. Sus diarios ilustrados sobre las ruinas encendieron un fuerte interés en la región y sus habitantes (también en Estados Unidos y en Europa).
Como se señaló en la introducción, los pueblos mayas no desaparecieron. Los mayas supervivientes aún habitan en el sureste de México, Belice, Honduras, El Salvador y Guatemala (en este último país, son el mayor componente étnico de la población).
Personajes célebres mayas
Período clásico
Véanse también:Historia de Yucatán y Guerra de Castas
Los caciques mayas que se organizaron para iniciar en la Península de Yucatán lo que se denominó Guerra de Castas que empezó en 1848 y concluyó en 1902 fueron:
La caída de Teotihuacan, ocurrida en la segunda mitad del siglo VIII, permitió el florecimiento de los grandes núcleos de población que los pueblos mayas habían construido en las Tierras Altas. De esta suerte, Tikal, Toniná, Yaxchilán y muchas otras ciudades vivieron su época de mayor apogeo entre los siglos IX y X. Por mucho tiempo se insistió en que la razón del declive de los principales centros urbanos mayas era un misterio. Sin embargo, la intensa investigación arqueológica en la región que ocuparon estos Estados del período Clásico de Mesoamérica ha puesto de manifiesto algunas de las razones por las cuales los mayas se vieron precisados a abandonar las ciudades a la selva.
En primer lugar, se trataba de pequeños Estados que se hallaban en guerra permanente unos con otros. Las estelas de Toniná indican que la élite gobernante de esa ciudad emprendió una agresiva campaña militar que la llevó a ocupar sitios tan importantes como Palenque, Piedras Negras y Bonampak. No es extraño que otros Estados de la región pudieran haber emprendido campañas similares, que habrían dejado arruinadas a varias ciudades. Por otra parte, en esta época tuvo lugar un desajuste climático como consecuencia del fenómeno de El Niño. El clima debió tener graves consecuencias para la agricultura en el Área Maya, como lo tuvo también en las tierras altas del Centro de México. Puesto que culturalmente estas catástrofes eran atribuidas a la inefectividad de la clase sacerdotal, la gente del pueblo debió lanzarse contra ellos, culpándolos de la escasez de alimentos y otros bienes necesarios para la vida. Uno de los síntomas de la decadencia maya en el período Clásico es la ausencia de monumentos conmemorativos (las llamadas estelas) posteriores al año 889 d. C., celebrada sólo en algunos sitios de la región. Durante los siguientes siglos, no volvería a emplearse la Cuenta Larga en las inscripciones calendáricas mesoamericanas, lo que pone de relieve la conclusión de una tradición cultural.
Además de la Cuenta Larga (ese sistema de cuenta del tiempo que tanto ha sorprendido por su exactitud y abstracción), lo único que abandonaron los mayas del período clásico fueron las grandes ciudades. Nunca existió una migración masiva hacia Yucatán, aunque algunos grupos lo hubieran hecho. La mayor parte de la población se quedó en la zona, y durante el período posclásico contribuyeron a un nuevo período de apogeo, aunque no de la misma magnitud. El más importante de los Estados de las Tierras Altas en el período Posclásico fue el quiché, en Guatemala.
Tanto los mayas de Yucatán como los de las Tierras Altas y la Costa del Pacífico recibieron la influencia de los pueblos migrantes provenientes del altiplano y el área oaxaqueña. Estos grupos fueron empujados a su vez por los antiguos pueblos que abandonaron la zona meridional de la altiplanicie Mexicana cuando el desastre ecológico hizo imposible la agricultura allí. En el sur, establecieron Estados independientes, con características culturales de ascendencia nahua. Entre estos grupos estaban los pipiles, que se establecieron en la costa de Guatemala y El Salvador. En la península de Yucatán, los pueblos nahuatlizados (fuera porque eran realmente nahuas o habían adoptado muchas de sus características, como los chontales) contribuyeron a un nuevo florecimiento de los pueblos mayas.
Sin embargo, las rivalidades entre las élites de la región, apenas suavizadas por la presencia efímera de la Liga de Mayapán, terminaron por arruinar las grandes ciudades de Chichén Itzá, Uxmal y muchas otras, que fueron abandonadas por sus gobernantes. Cuando los españoles llegaron a Yucatán, encontraron la región dividida en pequeños Estados hostiles entre sí, razón por la que no fue difícil someterlos. Algunos grupos se refugiaron en el Petén, donde crearon un pequeño reino independiente con capital en Tayasal. La conquista de este reino independiente no se concretó hasta 1697.
Las ruinas de las grandes ciudades antiguas estaban muy aisladas del mundo exterior y eran poco conocidas excepto por la gente nativa. En 1839, el viajero estadounidense John Lloyd Stephens, escuchando comentarios sobre ruinas perdidas en la selva, visitó Copán, Palenque, y otras ciudades con el arquitecto y dibujante Frederick Catherwood. Sus diarios ilustrados sobre las ruinas encendieron un fuerte interés en la región y sus habitantes (también en Estados Unidos y en Europa).
Como se señaló en la introducción, los pueblos mayas no desaparecieron. Los mayas supervivientes aún habitan en el sureste de México, Belice, Honduras, El Salvador y Guatemala (en este último país, son el mayor componente étnico de la población).
Personajes célebres mayas
Período clásico
- Zamná (Año 525 d. C.), sacerdote que guió a los Chanes (Itzáes) en su migración hacia el poniente de la península de Yucatán en la fundación de Chichén Itzá. Muere en Izamal.
- Jasaw Chan K'awiil I (682-734 d. C.) gobernante de Tikal, que le devolvió su estatus de superpotencia. Enterrado en Templo del Gran Jaguar o Templo I, llamado también Ah Cacao.
- K'inich Janaab' Pakal (603-683 dC), gobernante del estado maya de B'akaal, cuya sede era Palenque.
- Ah Mekat Tutul Xiu (¿-?), jefe de los tutul xiúes. Fundador, en conjunto con los itzáes de la Liga o Confederación de Mayapán.
- Hunac Ceel (¿-?), jefe de los cocomes.
- Alonso Raigoza (¿-?), último rey maya.
- Nachán Can (¿-?), halach uinik de Chactemal, padre de Zazil Há que entregó a su hija en matrimonio con Gonzalo Guerrero.
- Zazil Há (¿-?), hija del halach uinik de Chactemal quien fue dada en matrimonio al español Gonzalo Guerrero, iniciando así el mestizaje en el continente.
- Tecún Umán (1500?-1524), príncipe de los quiché-maya en Guatemala.
- Kaibil Balam, rey de los mam-maya en Guatemala.
- Nachi Cocom (¿-1541), halach uinik de Sotuta. Luchó contra Francisco de Montejo y León "el Mozo", durante la conquista de Yucatán.
- Príncipe Tutul Xiu (¿-?), halach uinik de Maní. Último de los gobernantes de los tutul xiúes. Se unió a Francisco de Montejo y León "el Mozo".
- Nah Pot Canché (¿-?), hijo del batab de Calkiní. Escribió el Códice de Calkiní.
- Gaspar Antonio Xiú (1531 - 1610), nieto de Tutul Xiú. Autor de Relación de las costumbres de los indios de Yucatán.
- Ah Nakuk Pech (¿-?), batab maya. Autor de la Crónica de Chac-Xulub-Chen, en la que expresa la visión de los vencidos.
- Jacinto Canek (1730-1761), dirigente de la rebelión maya de Cisteil en 1761.
- Atanasio Tzul, rey de Totonicapan y prócer de la independencia de Guatemala y el resto de Centroamérica.
- Manuel Tot, independentista centroamericano, prócer de la conjura de Belem.
Véanse también:Historia de Yucatán y Guerra de Castas
Los caciques mayas que se organizaron para iniciar en la Península de Yucatán lo que se denominó Guerra de Castas que empezó en 1848 y concluyó en 1902 fueron:
- Manuel Antonio Ay, dirigente maya.
- Cecilio Chi, (1820-1848) dirigente maya.
- Jacinto Pat, dirigente maya.
- Rigoberta Menchú Tum (1959) Luchadora Social y Ganadora del Premio Nobel de la Paz.
- Chan Kin Viejo (¿1900? a 27 de diciembre de 1996), to'ohil de la comunidad, un anciano en el que recayó el peso de la tradición. Consejero, jefe espiritual y hombre sabio con amplios conocimientos míticos y rituales de la comunidad indígena maya lacandona.
- Drogas enteogénicas y registro arqueológico
- Anexo:Vestigios arqueológicos mayas en el municipio de Mérida, Yucatán
- Lista de lugares mayas
- ↑ Ver Historia de Yucatán en [1]
- ↑ Escritura maya, Los mayas, Bitágora
- Acosta García, María Alejandra, et al (2004). Atlas de México Educación Primaria. pp. 68, 70, 106 y 122. Segunda reimpresión. México: Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito. ISBN 970-18-8906-1.
- Andrews, George F.. Arquitectura Mexicana. Arqueología Mexicana, Vol. 2, Num. 11, I-II-1995, p. 4-12. México: Editorial Raíces.
- Campillo Cuautli, Héctor (1988). Diccionario Quintana Roo Enciclopedia Regional. pp.17-18. México: Fernández Editores.
- – (1988). Diccionario Yucatán Enciclopedia Regional. pp. 13-15 y 27. México: Fernández Editores.
- De la Garza, Mercedes & Ilia Nájera Coronado, Marta (2002). Religión maya. Colección: Enciclopedia Iberoamericana de Religiones nº 2. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-555-2.
- Fernández Tejedo, Isabel. El Ppolom, mercaderillo o regatón. Arqueología Mexicana. Vol. V, Num. 20, XI-XII-1998, p. 46-53. México: Editorial Raíces.
- Grube, Nikolai (ed.) (2006). Los mayas. Una civilización milenaria. Tandem Verlag GmbH: Ullmann & Könemann. ISBN 978-3-8331-1959-0.
- Hernández García, José Arturo (2001). Maya-México.com. pp. 14, 15, 36, 45-54, 57-61, 69, 70 y 74. México.
- León Cázares, María del Carmen. Hombres de maíz en tierra de pavos y venados. Arqueología Mexicana, Vol. V, Num. 28, Xi-XII-1997, p. 30-37. México: Editorial Raíces.
- Manrique Castañeda, Leonardo, et al (1988). Atlas Cultural de México, Lingüística. p. 56 y 139. México: SEP, INAH y Grupo Editorial Planeta.
- Nalda, Enrique & Balanzario, Sandra. La casa maya. Arqueología Mexicana, Vol. V, Num. 28, XI-XII-1997, p.6-13. México: Editorial Raíces.
- Reents-Budet, Dorie. Cerámica maya. Vol. V, Num. 28, XI-XII-1997, p. 20-29. México: Editorial Raíces.
- Rivera Dorado, Miguel (2006). El pensamiento religioso de los antiguos mayas. Colección: Paradigmas. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-871-3.
- Roo, Quintana (1992). El libro de mi tierra. pp. 47-48. México. ISBN.
- Tiesler Blos, Vera. El aspecto físico de los mayas. Arqueología Mexicana, Vol. V, Num. 28, XI-XII-1997, p. 14-19. México: Editorial Raíces.
- Turok, Marta. Xiuhquilitl, nocheztli y tixinda. Arqueología Mexicana, Vol. III, Num. 17, I-II-1996, p. 26-33. México: Editorial Raíces.
- VV. AA. (2002). 100 años de historia y de cuentos Lecturas para niños y jóvenes Antología. tomo 1. Pp. 114, 115, 117. México: Editorial Offset. ISBN 970-18-8147-8 (Obra completa), ISBN 970-18-8148-6 SEP.
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